domingo, 8 de enero de 2006

Y sin que Di Caprio se muera en el final

El otro día vi "Nueces para el amor" (película medio sonsa, pero linda) y confirmé que hay pocas cosas más tristes

que un amor postergado por causas inimputables
que una maraña de quizaces que hubieran sido pero
que un cuento jóven que envejece esperando
que un mundo hermoso al que se desiste de soñar.

Que un desengaño
y un desencuentro
tan blandos, gigantes e inasibles.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Martina... Lo que escribiste fue hermoso. Y si es de tu autoría: Acabás de convertirte en mi ídola espiritual.

No, en serio, en caso que sea tuyo... Me encantaría leer más de tus cosas y charlar un poquito sobre eso cuando nos veamos alguna vez... En serio, me encantó!

Algo que también es muy triste es el hecho de esperar... y desesperar.

De intentar cambiar cosas que no merecen cambio, sino que uno mismo debe cambiar.

El hecho de desear recibir algo a cambio, que nunca apareció debido a que este mundo es un sueño... y nosotros estamos soñando en él!

NEgra, muy lindo, en serio!
TKB

Martina Lopez Brazzola dijo...

Gracias, y gracias por el aporte de cosas tristonas. :)

Anónimo dijo...

Por favor... GRACIAS hacen los monos, amiguita.

BESOS!

Anónimo dijo...

Interrumpo... ¿no se cansan de los alagos cybernéticos? pasen y lean el blog de Liniers(como, me supongo, harán), todos los días un ratito y después me cuentan. Yo me cansé.
Saludos Martina, se ve que sos piola, como muchos de nosotros.
Mar.